Limpieza de primavera.

Estos días andaba yo pensando en la famosa limpieza de primavera que muchas veces no es tan importante por quitar el polvo de los rincones como por revisar cajones y estantes y deshacernos de todo aquello que ya no nos sirve, de lo que hace tiempo que no utilizamos y ni siquiera recordábamos haber guardado.
¿no os a pasado encontrar en una vieja caja una entrada para el teatro o una caja de cerillas que guardamos por el recuerdo de un momento que nos parecía inolvidable?, a lo largo de nuestra vida almacenamos cosas y trastos que ocupan espacio en nuestras casas y en ocasiones impiden que nuevos objetos entren en nuestras vidas y ocupen el lugar que se merecen.
Pero esto me hizo pensar en todas las telas de araña que tendremos almacenadas en nuestros corazones, en nuestra memoria y engarzados en nuestra mente a veces sin saberlo otras pesando como losas, todas esas viejas amistades que merecen y merecerán tener un sitio privilegiado en nuestra vida, pero enredadas también están las otras, las que nos roban la energía, todas esas relaciones que nos ahogan y no dejan espacio para nada mas, esos recuerdos que nos hacen daño, esos otros que parece que como los trastos viejos ya no estaban y sin embargo siguen estando. Son relaciones y pensamientos negativos que nos ahogan, que ocupan un espacio inútil y en ocasiones impiden que corra el aire o que otros pensamientos y personas entren en nuestras vidas.
Estoy pensando en todas esas mujeres maltratadas que se agarran a una vida que no merecen y que tanto daño les hace, esas hijas de madres déspotas y dominantes que les ahogan la iniciativa y hasta la alegría, esos amigos que siempre quieren recibir y nunca dan nada a cambio, ese trabajo que nos ahoga y no nos permite ser felices, ese compañero al que le permitimos que nos dañe.
Es duro, supongo que muy difícil, lo se, pero os propongo una cosa que esta primavera al menos hagamos un poco de limpieza en el armario de las relaciones y desechemos al menos un pensamiento negativo, olvidemos como si nunca hubiera existido a una de esas personas que están ocupando un lugar que no merecen, aunque solo sea para que durante un ratito corra el aire y entre la lluvia y se cuele el sol hasta el fondo.
En definitiva que nos propongamos querernos un poco más a nosotras mismas podemos hacernos ese regalo y yo diría además que estamos en la obligación de hacerlo, así dejaremos espacio para las nuevas relaciones, las nuevas amigas que se unirán en nuestro corazón a las antiguas que valen la pena.
Y esto os lo dice alguien que cuando tira algo por insignificante que sea siente un dolor y una desazón muy grande, pero intentaré ser la primera y olvidar a aquellos que no merecen la pena. Para que los de verdad tengan todo el espacio que merecen.