Un venerable anciano y un niño en brazos de su mamá se han apoderado de mi casa.

Bueno para las que sois de fuera de España, deciros que este fin de semana ha sido largo, largo por aquí, y por eso pude aprovechar para TERMINAR MI SAL DEL PANEL DE NAVIDAD DE PEPI, me encanta como queda encima del sofá donde me siento a coser y sobre todo darle las gracias a Pepi, por que gracias a ella y a sus explicaciones, a su disciplina a la claridad con la que se explica lo he conseguido y me encanta como queda, además a última hora le añadí dos botones de unos que me trajo mi hijo cuando estuvo en Londres en Septiembre y están pintados a mano.
Además tuve tiempo de ponerme al día con el SAL de la querida Juana.
Pero lo más preocupante es que mi casa se ha inundado de duendes, de venerables ancianos vestidos de rojo, de ángeles que tocan toda clase de instrumentos, de árboles con extrañas luces que se encienden en cuanto anochece, de casitas de cerámica con una extraña luz en su interior, de muñecos de nieve y sobre todo de unas extrañas figuras que se acercan y miran con veneración a una mamá con su bebe en los brazos.Os podéis imaginar que siendo la primera navidad de mi nieto todos esos personajes han salido para jugar con él, por que espero que algún día recuerde sus navidades con el mismo cariño que recuerdo yo las de mi niñez y sean también para él días de encuentro y de alegría.