Puente, puente largo y fructífero.

El pasado puente estuve en Oropesa, tiempo cálido y soleado casi todo el tiempo y pude disfrutar de paseos por la playa, por lo jardines, comidas mediterráneas, sesión de balneario y un masaje relajante que me dejó “desmadeja”. Pero además recuperé sueño, ley mucho y terminé mi libro “el tiempo entre costuras” que os recomiendo a todas vosotras por que me encantó y por supuesto como no podía ser menos, larrrrrrrrrrrrrrrrrgas horas cosiendo.
Terminé de acolchar la colcha para mi nieto y me hice este precioso bolso de telas japonesas que es una monada y muy práctico para llevar debajo del brazo colgado del hombro y que quería terminar por que varias de mis chicas lo van a hacer también y que es ideal para regalar en estas fechas, además le hice a mi hijo una funda para guardar su fonendoscopio y que me encanta lo gracioso que ha quedado.
También preparé unos detalles para adornar el árbol de navidad y que pronto pondremos a la venta en nuestra tienda para que todas los podáis lucir estas navidades.

Todo esto cundió el puente y eso que como podéis ver Dora no me hecho una mano en ningún momento, ya que se pasó el fin de semana corriendo como una loca por el césped y los jardines, y encontró como veis su sitio en la vida, ese sofá con su cojín y todo, eso si junto a mi mientras cosía, controlándolo todo.
Por cierto antes de salir de viaje en Valladolid había nevado y Dora se lo pasó en grande en el césped de mi empresa que hubo que correr detrás de ella por que no quería meterse en el coche jugando con esa cosa blanca tan divertida.