16 nov 2009

viaje fin de semana a mi infancia



Aunque siempre hablo de Valladolid por ser mi ciudad de adopción y ser además una ciudad que amo por que en ella han nacido mis hijos y por que me siento muy a gusto viviendo aquí, en realidad no nací en el centro de mi comunidad si no al norte, a los pies de los Picos de Europa, nací en plena montaña palentina y los primeros años de mi vida transcurrieron entre nieve, prados verdes e inmensos robledales, rodeada de un paisaje en el que las montañas nevadas eran mi horizonte y el agua fluye por todas partes, donde las gentes y los animales conviven en un clima frío pero lleno de luz, quizás por estar más altos la luz es más intensa, para mi era normal ver de niña ciervos y aunque nunca vi un oso pardo, sabía que estaban en los bosques, y el acebo era la comida natural del urogallo, y el jabalí dejaba su marca en las sendas y caminos, y las bacas por mi tierra pastan todo el día en las inmensas praderas y por las noches regresan a sus cuadras donde sus dueños calzados con albarcas las reciben.
Crecí en una tierra dura pero amable, soy montañesa y me siento orgullosa de serlo, las costumbres, los bailes de mi montaña, las canciones montañesas, las comidas ricas sabrosas y variadas, ya que aun estando en la vieja Castilla está tan cerca del mar que el pescado nos llega fresco.
De niña recuerdo ver siempre a los cazadores de ciervos y jabalís y pescadores de truchas y cangrejos cuando los ríos estaban rebosantes de ellos.
Además está la cultura del agua, mi tierra está plagada de pantanos y por cualquier parte surge un riachuelo o un río de aguas frías y transparentes.
Y que decir de sus gentes, curtidas antaño en las minas y en el duro quehacer de la ganadería, tuve la suerte de nacer por estar trabajando mi padre entonces en este lugar donde también nacieron el resto de mis hermanos, por que yo nací en casa, como se nacía antes.
Este lugar que se encuentra en el corazón de la Pernia y es el inicio del parque natural de Fuentes Carrionas, y cercano al pico tres mares desde el que nace también un río que pasando por Castilla y Aragón va a morir a tierras Catalanas y no es otro que el Ebro.
Este pueblo lleva por nombre Cervera de Pisuerga situada al pie del pico Almonga.
Hacia muchos años que no me acercaba por allí y este fin de semana he podido llenarme de nuevo de sus colores de su luz y he recibido el cariño de sus gentes que en realidad son mi gente.
Me he llenado del aire frío, he recibido el cariño de los amigos de mis padres, mi padrino que aún vive me dio un beso memoria de mi propio padre.
He paseado por esas viejas calles, por los soportales, he mirado de nuevo como queriendo grabar el color de sus piedras y el rostro amable de sus gentes.
He vuelto a pedir un “chismorrito” en sus bares, y he degustado la buena ternera con denominación de origen, y sus morcillas diferentes a cuantas he probado antes de las cuales me he traído buena muestra.
Con posar he visto la casa en la que nací y que ya no existe, en su lugar hay otra más bonita y típica de la zona, completamente nueva.
Me he acercado a la iglesia de la cruz, que siempre fue mi preferida.
Desde el Parador de Fuentes Carrionas vi el pantano de Ruesga un poco bajo en estas fechas antes de las nieves.
He visto a lo hombres jugando en la vieja bolera como antaño, con sus bolas y bolos de madera sobre pista de tierra.
Además subimos a Piedrasluengas, si la que veis acurrucada intentando protegerse del fío soy yo misma, desde el mirador de este lugar pude contemplar en un día claro los Picos de Europa, y el tan conocido pico Almonga. De camino pude ver praderas en las que pastaban los caballos de la zona, mas pequeños y robustos para aguantar el clima y el trabajo duro y las vacas que con paciencia infinita posan en las fotos mientras rumian o comen.
He vuelto al corazón de Castilla con el corazón lleno de la luz de mi tierra la que llevo en el alma.
Si alguna vez pasáis por mi tierra recordar que siempre seréis bien recibidas por que solo donde el clima es tan duro la gente te recibe con el corazón cálido.


la bolera
junto a la casa que ocupa el lugar donde antes estaba la casa en que nací
Junto al colegio de la Monjas, primer colegio al que acudí de pequeña

en el paradór de Fuentes Carrionas

en la Iglesia de San Salvador de Cantamuda




en Piedrasluengas




a pesar de la sonrisa hacia mucho frío



Los picos de Europa


Camino de piedras luengas, el agua corre por todas partes









foto del centro de interpretación de la montaña palentina en la que aparece mi padre, es el que está de negro junto al carromato.
Pantano de Ruesga
mi hijo se prepara para ir a coger barbas de capuchino para curar el catarro.
estoy en la cima de mi mundo



Peñalabra












6 comentarios:

Marta dijo...

Hola Blanca, yo sentí algo parecido el año pasado en una aldea de La Coruña donde he pasado los mejores veranos de mi infancia. La casa era de mi abuelo y era el punto de reunión de TODA la familia, nos reuníamos 20 tantos. Ahora es la casa de mi tía y el año pasado fui a visitarlos y fue como una vuelta atras en la infancia... ver de nuevo el peral debajo del que mi abuela leia, volver a ver un viejo baul donde se guardaban nuestros juguetes, dormir en la que fue mi habitación, dar los paseos al bosque... buff me encantó ese viaje. Se como te has sentido. Un besote

Mavi. dijo...

Precioso reportaje, como siempre, las fotos y tus comentarios llegan hondo.
Habrá que trazar nuevas rutas, ahora no puedo alejarme mucho. Palencia me encantó, pero va siendo hora de volver por esas buenas tierras.
Mavi.

Gracia dijo...

Un reportaje encantador, y la zona preciosa, y lo digo con conocimiento, pues mas de una vez estuve por allí, ni que decir tiene que me encanta la montaña, y esa zona al igual que la porte leonesa es preciosa.
Un beso.

Carmen dijo...

Blanca, aunque no conzco nada de Palencia, sí que he estado por tierras de León, de Asturias, y en otras comunidades limítrofes, y todas esas tierras me parecen preciosas, me han gustado mucho tus fotografías, y tus crónicas viajeras.
Un abrazo

Magalis Marisol dijo...

Hola amiga!
Que hermoso es reencontrarse con sus raices y además sentirse orgullosa del pueblo donde uno nace.
Felicitaciones por tu reportaje y que lindas fotos!
Que Dios te Bendiga siempre y un fuerte abrazo desde Venezuela extensivo a la familia!!!!!!!!!!!

Sylvia Reguero dijo...

Que disfrute de viaje has hecho,ademas de la preciosidad del paisaje ,cuantos recuerdos tan entrañables habeis vivido.
Todo lo que enseñas son lugares preciosos
Un abrazo